sábado, 19 de enero de 2013

SOLA PERO NO DISPONIBLE

Alejandra Erazo Vega




Estabámos bien sin la dichosa liberación femenina, las chicas usaban vestidos holgados y la era del satín y encaje hacían traslucir la femenidad subyacente; hoy en cambio las mujeres usamos jeans y una talla menos en brassier y pantaletas; la delicadeza se simboliza en el llanto y el porte cada vez se sustrae de ese color rosado. Sin querer nos hemos aproximado a la hegemonía del orgullo y querer lo que no se posee. Como podemos culpar a género masculino cuando dice no tener idea de lo que deseamos, porque fluctúamos entre deseos de tener el busto más firme, la cola parada, el estómago más acentuado, los ojos claros y el pelo más liso. Y por lo demás caer en en el silogismo defectuoso de que una mujer no puede estar sola, porque a la vista de la sociedad es anti - estético. ¿Fue entonces liberación ó esclavitud femenina?.

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