sábado, 23 de febrero de 2013

LA CALLE ES UN BUEN LUGAR CRONICA 5 DE 6

Por Carlos Alvárez

Mi estómago no aguanta, tengo ganas de orinar y accedo a un baño público de una plaza de mercado, el color amarillo de mi orina es señal de que estoy deshidratado, con las monedas compró unas naranjas, no me siento aceptado en ningún lugar, vuelvo al parque pero huyo al descubrir a algunos amigos que podrían reconocerme; caminar se ha convertido en un sacrificio a pesar de traer unos zapatos cómodos el talón y la planta del pie duelen, para el almuerzo las monedas fueron escasas, consigo una botella de plástico que altero para que en un restaurante puedan servirme algo de caldo, no pienso que son sobras. Lo peor de la segunda noche fue conocer las ratas de alcantarilla, mi actitud no es la más optimista el estómago vuelve y molesta y quiero llegar a mi casa y luego echarme a dormir en mi cama, la apuesta se perdió y se sacrificó mucho.

Conclusión: El principal sufrimiento es por la alimentación en la calle, el frío puede pasar si tienes el estómago lleno, luego de un tiempo en la calle no se sabe que postura cansa más, caminar sin un rumbo cansa más, en la calle hay tiempo para considerar muchas cosas de las que a diario nos quejamos sin saber el fondo; la calle es un buen lugar para pensar.

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