miércoles, 27 de marzo de 2013

VIAJANDO

Por Mildreth O.



Estoy en un cubículo de lámina, con ventanas por donde apreciar un paisaje tórrido, a veces fatal a veces feliz, lo primero con más repetición, lágrimas recorren mi rostro y no se explicar por qué. Una se termina acostumbrando al escenario en el que se establece por un tiempo. La vida es un viaje en el que algunos vamos prefiriendo el pasado al futuro, en donde no hay calma para tanto movimiento, en donde los paisajes cambian a cada instante y el sentimiento es débil, queremos regresar. Extrañamos el vientre de nuestras madres, quizá también ese más allá de donde fuímos traídos y donde no se siente ni frío, ni calor, ni hambre, ni sueño. Ya es de noche y tiritan las luces y el asiento es incómodo y todo lo que hay que hacer es acostumbrarse a el puesto que ha correspondido.

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