Por: el Mariscal
Preámbulo:
El juramento Hipócratico habla sobre la conservación de la vida ante cualquier circunstancia sin embargo hay condiciones criticas que sugieren que cese el sufrimiento contemplando la posibilidad de extinguir el dolor con la terminación voluntaria de la vida. Si bien Albert Camus afirmaba que la única cuestión metafísica de la humanidad es el suicidio, la suspensión consentida de la vida a veces pasa a ser una decisión muy humana, los animales carecen de esa opción y están sometidos a afrontar por eso la situación que les corresponda.
Étie rentó una habitación en el hotel había constatado que el techo lo sostenían vigorosas vigas que iban de un extremo a otro y que estaban a una altura adecuada. Eso y la edad avanzada del dependiente le hizo escoger ese sitio como la última morada aquí en la tierra. El viejo dependiente del hotel tenía problemas de oído. Étie llegó a la habitación sacó la cuerda y trató de pasarla por entre una viga pero tuvo que subirse y sustentarse del marco de la ventana para su cometido, cuando lo logró examinó entonces el nudo corredizo realizado sin mayor técnica que un ojo en un extremo y la cuerda atravezada, funcionaba. Entonces se puso la soga al cuello y se acordó de las películas del oeste y sonrió, no pensó en su familia, ni en sus amigos y solo temía por lo qué dirán en el barrio y en los diarios, la silla desde donde se lanzó al vacio cayó al piso pero una milésíma de segundo después también él seguido de esquirlas de madera y teja. La viga habia cedido.
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